martes, 10 de junio de 2014

SEMBLANZA DE UN SANTO. PADRE JORGE MURCIA RIAÑO.



SEMBLANZA DE UN SANTO.
PADRE JORGE MURCIA RIAÑO.
Nació en Bogotá el 20 de octubre de 1895 en el corazón de una familia católica, donde se vivía un profundo ambiente familiar y reinaba el amor, el dialogo y la comprensión. Su infancia se deslizo en medio de la sencillez y dicha de un hogar cristiano, embalsamado de piedad y alegría, con las travesuras propias de un niño y con rasgos donde se vislumbraba una vocación futura, en sus juegos imitaba a los sacerdotes celebraba misas organizabas procesiones y predicaba.
Su madre le proporcionaba lo necesario así que le tenía un altar y ornamentos propios de su tamaño, sus hermanos y primos escuchaban sus sermones.
En este hogar patriarcal empezó a gestarse la vocación de un santo, él era muy cariñoso, estudioso y responsable.
Sus primeras letras las aprendió en un colegio particular dirigido por una gran pedagoga de ese época, luego sus padres lo ingresaron al colegio San Bartolomé de los Padres Jesuitas, tenía grandes dotes, especialmente  su espíritu poético con sus composiciones y poesías que se conservan en el museo de la comunidad.
Tuvo la dicha de hacer su primera comunión el 21 de junio, fiesta del santo de su devoción San Luis Gonzaga, su corazón ardía de un profundo amor a la Eucaristía y  un gran respeto y adoración al Santísimo Sacramento. También se destacaba en el su amor profundo a la Santísima Virgen María a quien siempre le hizo hermosas composiciones poéticas.  
En el colegio San Bartolomé realizo varias iniciativas apostólicas organizando allí una congregación juvenil, bajo el patrocinio de San Luis Gonzaga, con el fin de promover la piedad y el amor a la Santísima Virgen entre sus compañeritos.
Inicia sus estudios en el seminario mayor de Bogotá a los 13 años en 1909, allí también continuo sus experiencias apostólicas. Cuando tenía 16 años propuso a sus padres el deseo de continuar sus estudios en Roma, inmediatamente recibe la aprobación de sus padres y se dispone a partir para Roma a continuar sus estudios eclesiásticos en la Universidad Gregoriana y ser alumno del Colegio Pio Latino, teniendo allí como grandes amigos y compañeros a Emilio de Brigard, compañero de viaje, Miguel Darío Miranda más tarde Arzobispo Primado de México.
En la Universidad Gregoriana, realiza sus estudios de Filosofía, Derecho Canónigo Latín, Teología. Obtiene el título de doctor en Filosofía y Licenciado en Teología de la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma.
Ordenado sacerdote en Roma el 28 de octubre de 1918  por el Excelentísimo Señor Cardenal Pompili, Vicario de su Santidad el Papa Pío XI, en la capilla del Colegio Pío Latino Americano. Celebró su Primera Misa en la Cripta Vaticana de San Pedro y Pablo.
A su regreso a Colombia 1919, recibe diversos cargos a los que se dedica con alma de apóstol Capellanía de la Escuela de San Vicente de Paúl y de la Iglesia de la Enseñanza cátedras en el Seminario Conciliar, y en el Colegio Nuestra Señora del Rosario, además es encargado de construir el Monumento a Nuestra Señora en el cerro   de Guadalupe.
 Funda la Liga de Damas Católicas el 12 de octubre de 1920 bajo el amparo de la Santísima Virgen de Guadalupe para responder a las necesidades de los cambios históricos sociales, económicos, políticos y religiosos que se iban dando ya que en este tiempo surge el protestantismo. Además la  masonería,  y el comunismo adquieren fuerza.
La mujer comienza hacer su entrada en el mundo del trabajo, a tomar parte decisiva en cada una de las faenas humanas y hace su entrada en los sindicatos.
 El Padre Murcia continuò dando respuesta con la fundación de grandes obras a las necesidades del  momento histórico de la época, especialmente con la fundación del Yocismo en Bogotá, el 25 de diciembre de 1932 en la que aglutinaría toda la juventud trabajadora de Colombia.
El 8 de diciembre 1932 bajo el patrocinio de la Inmaculada Virgen María funda su obra culmen: la Compañía de San Juan Evangelista, para asumir su gran obra apostólica su fuego misionero y su anhelo insaciable de hacer Reinar a Jesucristo en  todos los ambientes, en particular en el mundo juvenil y en el mundo obrero.
El Padre Jorge Murcia Riaño, después de realizar su gran obra apostólica en Colombia, parte a la Casa del Padre el 15 de noviembre de 1944.
 Apóstol social del amor y la justicia, reconocemos el valor de su vida su camino de espiritualidad, su compromiso social en la Iglesia: “ Ser para la juventud una luz de verdad llena de amor. Y como dijo su hermano “mi conciencia proclama que él fue santo”.
Hoy tenemos conciencia de su santidad y la constatamos en el testimonio de su vida, razón por la cual se ha iniciado su proceso de canonización, proclamado en este momento Siervo de Dios y a quien pronto veremos reconocido por la Iglesia en los altares como santo y Patrono de la Juventud Trabajadora.

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